Habitacion de Illel y Ciel

Durante el camino fueron platicando, se sentía extraño pero a la vez contento por aquella convivencia, nunca había tenido a alguien a quien poder llamar amigo, y el actuar de una forma tan relajada era algo practicamente nuevo desde la muerte de sus padres.

Finalmente llegaron a la zona donde se encontraban las habitaciones, no había muchos niños por aquel pasillo debido a que la mayoría se encontraba en los jardines o en clases. -¿Cuál es nuesta habitación?- Preguntó mirando el gran número de puertas en el lugar.

[Perdona pero ¿Puedes abrir el tema en donde se conocen?]

(Whooo si, *--* hazme un niño tu tambien! *u* por lo pronto ya tnego el tema donde se conocerian Aien y Ciel juju (El tema es aki, dale click); ponle tu ke se separan un rato porke Illel tiene otra clase o algo asi y despues... *¬*....... pus no se si kieras ke tambien se conoscan ahi el tuyo y el mio o en otra circunstancia nwn.. como tu digas niña owo)

Lo llevo dos puertas mas al frente y se poso frente a una que tenia escrito su nombre -Debes poner el tuyo junto al mio Ciel, asi los adultos sabran que estas aqui... y los demas huerfanos no te molestaran. Etto...- rebusco en su pantaloncito y saco un marcador permanente negro -Ten... con esto.- se lo tendio.

Apoyó sus cosas en el suelo para poder tomar aquello -Ah... gracias- Tomó el marcador y tras tomar la tarjeta donde estaba el nombre de Illel escribió el suyo, tras esto colocó de nueva cuenta la tarjeta en su lugar para así regresarle el marcador. -Ya está... gracias por dejarme quedar en tu habitación.

-Iee... esta bien Ciel.- lo tomo de la mano y tiro de él junto con sus cosas dentro -Sientete comodo, por favor. Mhhh no podemos salir despues del toque de queda y la comida será dentro de un rato... No habia tenido un compañero, asi que nos vamos a divertir mucho.- sonrio sentandose en la cama -¿Te ayudo a desempacar?.-

Sonrió ante la repentina forma en que lo había metido a la habitación, una vez adentro se quedó atónito, no esperaba que se tratase de una recamara tan bien arreglada -Es muy bonita...- Comentó en un susurro mientras colocaba su maleta junto al pie de la cama. Fue hasta que regresó su mirada al niño sobre la cama que reaccionó ante su pregunta. -Ah sí por favor- Respondió colocando la maleta donde llevaba su ropa sobre la cama. -¿Y a que hora es el toque de queda?- Preguntó fijando su mirada en la del mayor.

-Las once... y es mejor, los mas grandes no te molestan si respetas las reglas Ciel.- observó lo bien doblada que estaba cada prenda dentro de su maleta -Eres muy organizado.- le dijo tomando unos de sus pantalones y metiendolos dentro del armario -Etto... yo no tengo muchas cosas y puedes usarlo para guardar tus cosas; no te estorbaré.- se giro sonriendole -Creo que eso es todo y... uhmm... ¡Bienvenido!.- lo abrazaba efusivamente pues no eso era algo que no le habia dicho.

Se sonrojó por el abrazo pero aún así lo correspondió, se notaba como Ciel no estaba muy acostumbrado a ese tipo de tratos pero al parecer podían agradarle. -Gracias- Susurró avergonzado por la atención recibida. -Y no digas que no me estorbarás, porque no importa como lo vea nunca lo harás- Comentó separándose un poco para poder verlo a los ojos y sonreírle -Bueno ¿Y qué era aquello que querías enseñarme?- Preguntó al tiempo que se separaba para terminar de acomodar su ropa.

-Oh, si lo olvide.- se mordio la lengua; con un guiño le indico que le siguiera a una de las cajoneras que estaba repleta de muñequitos y cajitas de porcelana. Tomo una que tenia la forma de una cruz negra con incrustraciones de diferentes cristales en las orillas, quito la tapa sacando del interior un camafeo de oro blanco -Es un regalo de mi mami.- sonreia al tenerlo entre sus manos -Es mi tesoro mas grande, ¿quieres saber porque?.-

Observó con detenimiento lo que hacía el otro chico, la pieza que sacó de la caja le impresionó era simplemente hermoso, sonrió al ver la expresión en el rostro de su amigo, se notaba el cariño que le tenía al camafeo. -Sí por favor- Respondió sin borrar aquella sonrisa, nunca había mostrado un interés tan sincero por las emociones de otros como en esta ocasión.

-Por que me la dio el dia de mi cumpleaños....- suspiro abrazando la pequeña pieza de oro -Y ademas tiene esto.- lo separo renuete de su cuerpo dejandolo en medio de ambos. Presiono un botoncito justo del lado derecho de la delicada pieza y se abrieron las tapas del camafe; en la que an le quedo entre sus dedos se podia ver una diminuta fotografia de una mujer sosteniendo cariñosamente a un pequeño bebé -Esa es mi mami... ¿a que es linda?.-

-Sí, es muy bella- Respondió con una sonrisa observando la fotografía que se encontraba resguardada en aquella fina pieza, la ternura de la imagen era transmitida a quien la observara, estuvo tentado a preguntar qué había pasado con aquella bella mujer, pero se contuvo, no quería ocasionar molestia alguna en el mayor y sabía que ese tipo de preguntas no eran cómodas en situaciones como en la que se encontraban. -Se nota que te quiere mucho- Comentó regresando su mirada al otro chico.

-Hai.... demo, solo la recuerdo por esta fotografia. Ya no sé como era su voz; y me pongo triste por no poder recrodarla.- sumergio su mirada en el retrado de la mujer; su cabello estaba trenzado, era largo y de un brillante tinte caoba, su rostro era adornado por la mas bella de las sonrisas que pudiera ofrecer la joven. Lucia simplemente feliz -No se donde esta; solo quiero regresar con ella, ¿crees que algun dia vuelva a verla Ciel?.-

Asintió ante aquella pregunta -No lo dudo...- Su voz tenía una calidez ajena a él que le extrañó -Después de todo mientras sigan vivos siempre podrán encontrarse sin importar lo lejos que estén el uno del otro- Opinó, relamente creía eso, además ese tipo de lazos hacían más sencillo su reencuentro y realmente esperaba que Illel pudiera ver de nuevo a su madre. -Además, no sirve que te pongas triste, los recuerdos se borran pero el cariño que sientes por ella no va a cambiar por nada.

-Ha pasado mucho desde la ultima vez... ¿Y si ya no me quiere?.- la vececita del pequeño casi se quebró ante esa posiblididad; era su mas grande temor. Se abrazó nuevamente al chico de cabellos oscuros -Gracias por ser mi amigo Ciel.... de verdad.- susurro con la cabeza escondida entre su pecho, dejaba que el flequillo le cubriera parcialmente el rostro.

-No tienes que dar las gracias, al contrario gracias por permitirme serlo- Respondió mientras lo abrazaba y peinaba su cabello con delicadeza como recordaba que solía hacer su madre con él -Y estoy seguro que te quiere, una madre siempre querrá a su hijo sin importar cuanto tiempo transcurra- Levantó el rostro de Illel y le sonrió amablemente -Así que no te pongas triste, piensa en que podrás volver a verla te lo aseguro.

Asentia al mirar el profundo color de su unico ojo. Limpio las lagrimas que amenazaban con escaparse de su mirada gris al pasar varias veces su puño por esta -Ciel, puedes guardar tus tesoros junto a al mio. Estará a salvo ahi.- le sonrio.

Sonrió calmado al notar que el otro dejaba de llorar, ante la propuesta de guardar lo que apreciaba en el mismo sitio que él, asintió apenado y sacó del bolsillo de su pantalón la sortija de plata con aquel zafiro, con la cual había estado jugando antes de que llegara Illel. -Sólo es esto, gracias por dejarme guardarlo- Respondió enseñando aquel anillo, -Dices que estará seguro ¿Acaso los otros niños suelen molestar seguido?- Preguntó algo preocupado.

-Hai.- tomo con mucho cuidado el anillo, ni queria que se dañase o algo parecido... si era algo apreciado por su amigo entonces tambien lo era para el -No todos tienen uno y muy pocos recuerdan o saben algo de sus padres por eso si te ven con uno simplemente te lo quitan... Una vez perdí el mio por un tiempo.- sonrio -¡Demo regeso por si solo!. Nunca habia visto algo asi...-

-Ya... ya veo- Contestó algo confundido pero bueno, que las cosas aparecieran y desaparecieran no era algo que se pudiera ver muy seguido, tras ver que guardaba el anillo se sentó en la cama mirando con atención la habitación. -Bueno... ¿y ahora que hacemos?- Preguntó, puesto que no estaba muy acostumbrado a interactuar con otros niños.

Hoy no tendrás clase pero yo si... uhmmm, ¿te espero en el comedor despues que termine?.- gateo por un lado del chico, mirando hacia afuera, recargado desde el marco de la ventana -Parece que va a llover...-

-Vale...- Respondió a la oferta, así que después de todo tendría que permanecer solo un rato. Miró hacia la ventana, notándo como el cielo comenzaba a ponerse nublado -Sí eso parece... ¿A qué hora terminan tus clases?- Preguntó regresando su mirada al otro niño.

-A las cinco, ¿te veré ahi?... despues se tiene tiempo libre y luego hay que cenar e ir a dormir.- le explico -Me agrada cuendo esta asi el clima, es mas tranquilo y fresco... no soporto el calor.- las brillantes gemas grises estaban atentas a las enegrecidas nubes espolvoreadas de forma que no debajan ni un rayito de sol pasar entre ellas. Las copas de los arboles se mecian, siseando al rozarse cada tallo contra el otro.

Sonrió ante su comentario de la lluvia -En Londres casi siempre está así...- Comentó más que nada por incercia -La mayor parte del año llueve durante todo el día y en invierno siempre está nublado, aún así... es bastante agradable- Murmuró, luego se puso de pie con calma. -Entonces nos vemos a las cinco...- Repitió regresando a la realidad.

-¿Londres?, ¿eso esta muy lejos de aqui Ciel?.- le cuestionó mirando el reloj, faltaba media hora para las tres de la tarde. Se le iba el tiempo mas rapido cuando estaba con él, sonrieia para sus adentros, tener un amigo con el cual platicar era fantastico. Siguio al niño, comenzandoa meter dentro de su remendada mochila negra los libros de texto y complementarios junto a varias plumas, lapices y tal vez una que otra golosina.