Nuevo [Libre]

estaba al frente de la puerta del orfanato, era un dia nublado, la verdad estaba algo ansioso de ver que clases de personas estaban hay queria saber cuales eran sus habilidades especiales, pero la verdad no me sentia mal como en otras veces, porque sabia que en ese lugar era donde yo pertenecia....respire ondo y entre y vi que era un lujoso lugar, muy elegante....era extraño pero era la primera ves que me sentia como en casa

Con pasos lentos pasaba por recepción, no hacía mucho rato que se había ido de allí después de una fugaz visita a la ciudad cuando se dio cuenta que había perdido algo muy importante para él, pensando que tal vez lo encontraría si retrocedía por los pasillos que había tomado, porque estaba seguro que cuando volvió su colgante aún colgaba de su brazo, divisando lo a lo lejos, cercano al desconocido de cabellos rojizos y poseedor de unas orbes de un verde intenso, acercándose hasta allí con la intención de recuperar lo que era suyo, notando que tal vez el desconocido aún no habría captado su presencia en las cercanías...

Segundos después notó la mirada de aquel desconocido de penetrantes orbes centrarse en las propias, investigándolas y puede que deleitándose con ellas, siguiendo después con su escrutinio al delinear sus facciones con aquella intensa mirada, mientras él se iba acercando más a su objetivo, parando enfrente de este a la vez que oía las indiferentes pero curiosas palabras de su, ahora, interlocutor. Con movimientos gráciles se agachó ligeramente, tomando entre sus dedos el colgante, parándose para volver su atención al de cabellos rojizos una vez que la cadena de cuero quedo enredada entre sus dedos, dignándose al fin a contestar a la pregunta realizada escasos segundos antes.

-Kaede Uehara... ¿Y usted es?

Contestó con voz suave y susurrante, sin perder de vista ni por un instante las orbes ajenas.

-Encantado... ¿Y qué te trajo aquí? Si se puede saber...

Cuestionó mostrando algo de curiosidad en sus felinas orbes, deleitándose con la mirada del menor, tal vez intentando analizar aquellos espejos del alma ajena que no parecían tener la intención de apartar su atención de los propios, haciendo que el mayor de ambos sintiese crecer la curiosidad, y puede que algo de nerviosismo, en su ser.

-Entonces... supongo que serás un estudiante...

Susurró ligeramente pensativo, intentando darle más veracidad a sus palabras, ya que aún no estaba del todo seguro de que sus palabras fuesen del todo ciertas, pero pensando que si fuese algún maestro habría ido allí por voluntad propia y no por una transferencia, ¿no?

Una ligera sonrisa se formó en su rostro, una de esas poco comunes en él al acabar de conocer a alguien, pero aquel joven le había caído bien, a pesar de parecer ser algo indiferente ante él le pareció que eso podría ser más bien una fachada para escudarse.

-Y dime... te interesaría practicar... ¿Algún deporte o algo parecido?

Cuestiono de nuevo con curiosidad, con un ligero brillo en sus orbes verdosas no mostrado hasta aquel momento, transmitiendo tal vez que aquel tema le ilusionaba. ¿O tal vez le apasionaba?

-Me alegra mucho...

Comentó a la vez que aquel brillo aumentaba en sus bellas orbes, deleitándose al ver que había conseguido otra tonalidad de voz distinta en el menor, ensanchando ligeramente su sonrisa, disponiéndose a realizar otra pregunta, cuestionándose interiormente si no sería demasiado curioso para el gusto del de cabellos rojizos.

-¿Y que te interesaría? Podría ayudarte si lo deseas... Yo soy maestro de algunas actividades, digamos... deportivas, por lo que si quieres saber algo en concreto estaría encantado de ayudar...

Un ligero nerviosismo se apoderó de él al notar aquella pícara sonrisa, notando como u ligero calor se comenzaba a posar en sus mejillas, puede que casi imperceptible a la vista, pero él lo sentía como un sofocante calor que le delataría ante la intensa mirada de su acompañante.

-Soy... maestro de esgrima, kendo, arquería... y... natación...

Susurró con voz queda, notando como su garganta se secaba ante su nerviosismo...

-¿De-de verdad?

Cuestionó aún nervioso, no sabiendo como actuar exactamente, no estaba acostumbrado a que alguien le sonriese o le mirase de aquella forma, más bien estaba acostumbrado a conversaciones más distendidas y afables con ligeros coqueteos de su parte o de la ajena, permitiendo le controlar un poco la situación, facilitándole ser más natural.

-Entonces... debe interesarte alguna clase en especial ¿no?

Cuestionó quizás algo inocente, creyendo que de esa forma su nerviosismo se relajaría, aunque lo dudaba mucho, porque por las palabras de su acompañante este se interesaba más en tenerla a él como profesor que en las clases que pudiese impartir.

-Pe-pero... si dieses todas las clases que imparto podría tener... repercusiones en tus... otros estudios...

Comentó algo avergonzado, pero complacido de que el menor prefiriese la natación a cualquiera de las otras enseñanzas que impartía.

Aún algo nervioso comenzó a jugar con su colgante, dándose cuenta que su plan para relajarse no había funcionado, y que el de cabellos rojizos disfrutaba ante su confusión.

Asintió ligeramente, extrañado por el comportamiento de su acompañante, entrecerrando sus ojos al notar la calidez que el otro desprendía contra su pecho, haciendo que se relajase, no sabía que era lo que el otro pretendía, pero tenía la sensación de que podría confiar en él, aunque no lo conociese de nada ni supiese cuales eran sus verdaderas intenciones, pero de aquella forma se pudo relajar tal y como deseaba, sintiendo que podría volver a su actitud de siempre, sincera, algo fría tal vez, pero no parecería una quinceañera...

Un ligera sonrisa se había formado en su rostro al oír aquellas palabras, agradecida por el comentario ajeno, antes de que él se dignase a contestarle.

-De nada...

Susurró quedamente, sabía que aquellas palabras no habían sido pronunciadas en voz alta, pero inconscientemente pudo leer la mente ajena, aunque aquella habilidad no fuese precisamente una de las que más le agradasen.

Una expresion de sorpresa se dibujo rapidamente en mi cara. Un veloz analisis de la situacion me hiso de cuenta
lo que paso.

-Ya... ya veo sensei lees mis pensamientos ......

-Aunque no por gusto, todo hay que admitirlo...

Comentó ligeramente despreocupado, sonriendo ligeramente, sin poder llegar a descifrar cuales eran los sentimientos que se mostraban en ella, aunque parecía una sonrisa algo ausente, puede que no fuese dirigida a su acompañante de rojizos cabellos.

Las palabras del sensei me hicieron refelcionar ya que no podia esconderle algo al sensei ya que tarde o temprano lo descubriria...respire y me acerque mas a el con los ojos cerrados para decirle al oido

-sensei....me agradas.. de verdad..en tono sereno y calmado

En ese acto tan simple ,percibi su aroma que solo puede tener una persona tranquila y sincera como el