Me quede alfrente del orfanato, estaba ansioso, pero a la vez muy nervioso. No savia que clase de personas podría encontrar, suspire y me decidí a entrar, cuando entre quede sorprendido, se sentía una paz y un olor a flores que salía desde la habitación, aquel olor me hizo estar mucho mas relajado y puse mi mochila en el piso, la mochila no estaba muy pesada, ya que solo traía pocas cosas, ahora solo una pegunta circulaba por mi mente, ¿donde queda mi habitación?, suspire e intente ver si avía alguien cerca para poder preguntarle
- donde quedan las habitaciones- susurre, tenia mido que si entraba mas en el orfanato podría perderse y eso le causaba terror, no quería perderse en su primer día